El domingo pasado tuve la suerte de asistir a la ceremonia que se realizo con motivo del aniversario del Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo de Trujillo; durante la homilía de la misa Monseñor Miguel Cabrejos se refirió a la participación de un joven catequista italiano durante ultimo Sínodo de Obispos realizado en Roma, la frase que me impacto profundamente fue la que afirmaba que LAS PARROQUIAS QUE TENÍAN PASTORES APASIONADOS CON SU LABOR ERAN PARROQUIAS QUE FLORECÍAN, mientras que habían otras que mantenían el statu quo o se marchitaban.
Pedía sacerdotes cultos, con una buena formación, con afán de servicio, cualidades que se obtienen solamente a base de esfuerzo y dedicación.
Mons. Cabrejos pedía a los seminaristas trascender como personas en el AMOR Y EN EL SERVICIO, no quedarse en la mediocridad de lo material, dejar huella.
Llevando esta palabras a nuestra vida cotidiana, queda preguntarnos si nos apasionamos en nuestra vida profesional, en nuestra vida como rotarios, como esposos o esposas, como padres o dejamos que la vida pase.
Somos apasionados en el servicio o solo damos migajas de nuestro tiempo?, lo que nos sobra, ponemos pretextos para no asistir a nuestras reuniones, a las actividades de servicio? contribuimos para que nuestra comunidad, nuestro centro de trabajo, nuestro hogar, nuestro club rotario florezcan o dejamos que se marchiten?
Solamente siendo apasionados esposos, rotarios, trabajadores y poniendo una cuota de sacrificio para formarnos podremos lograr grandes cosas.
En estos seis meses que han pasado desde que me uní al Rotary, he tenido la suerte de conocer a muchas personas realmente apasionadas, ejemplares, con un inmenso amor por los necesitados y un entusiasmo desbordante y contagioso, gracias a ellos porque lo bueno se contagia y nos obliga a esforzarnos cada día.